martes, 24 de febrero de 2015

Los perros de la guerra



No, este artículo no trata de la película de los 80 protagonizada por Christopher Walken  si no del uso que hizo roma a los canes con carácter bélico. 
  

Bajorrelieve Asirio 4000 a.c
Este tipo de uso del amigo del hombre con sentido bélico despertó mi curiosidad en el 2004 cuando salió el aclamado juego rome total war, con el que tantas horas me he pasado guerreando contra un sin fin de enemigos a los que se enfrentó roma. Para mí en aquella época me parecía algo casi irrisorio que se usasen este tipo de animales en una batalla. Pero a medida que investigaba sobre el tema que nos ocupa me fui dando cuenta de que era algo completamente plausible.





Fragmento de bajorelieve del de palacio de Ninive, en Irak
Bueno al lio. La representación más arcaica del perro con presunto uso militar nos la dan los sumerios con un bajorrelieve de 4000 años de antigüedad, y más tarde, se vuelve a encontrar una representación similar en los restos del palacio de Nínive perteneciente a los Asirios, destruido allá por el 609 a.c En esta compilación de grabados de una calidad excelente, podemos ver el perro llevado por presuntos soldados. Aunque estos fragmentos no representen la totalidad de la imagen que querían plasmar, a mí me parece más bien un uso como perro de caza más que de guerra.


En el antiguo Egipto, la devoción religiosa de esta cultura por el perro, bien les costó la independencia, ya que en el año 525 a.c el rey persa Cambises II venció a las huestes de Psamético III en la batalla de Pelusia colocando en sus líneas perros así como otros animales sagrados que hicieron que la gran mayoría de las tropas egipcias optasen por no combatir al ver a tal representación divina del lado persa. Si bien esta victoria persa se le atribuye más al gato (algo de lo que  en siguientes entradas comentaré), la picaresca persa hizo que se adueñase de la tierra de los faraones, poniendo fin a la XXV dinastía egipcia y dando comienzo a la hegemonía persa en tan prosperas tierras.


La devoción de los egipcios era tal que incluso momificaban a sus mascotas


Más adelante durante las guerras médicas, las huestes de Jerjes en su infructuoso intento de dominar el Egeo posiblemente trajeran estas bestias para combatir a los griegos, formándose así una de las tantas teorías sobre la introducción de un tipo de perros procedentes del extremo oriental de Anatolia.




Se cuenta que a Filipes le acompañaba un perro 
en su marcha a Atenas pero quizás no pudo seguirle el ritmo
Otra teoría de la llegada del perro de batalla a territorio helénico viene dada por Alejandro Magno que adopto en sus conquistas por oriente a un dogo al que llamo Pericles (debió llamarlo así como al maestro de la oratoria Ateniense) y que le acompaño luchando a su lado hasta la muerte del can supuestamente en la batalla de Hidaspes del 326 a.c al que su amo acompañaría al Hades tres años más tarde.



Aristóteles describe a esta clase de perro como: “de constitución musculosa, mandíbula fuerte, gran cabeza y hocico corto” Se conoce a esta clase de perros  por la tribu de los molosos, ubicados en el noroeste de la actual Grecia, y que sería conocido como el reino de Epiro por los romanos.




En Pompeya estabas listo 
si entrabas sin ser avisado
Ya centrándonos en roma, la incipiente republica el perro se encontraba integrado en la sociedad romana desde una era muy temprana, tanto en ritos como en el quehacer diario, no distando demasiado de la actualidad. Como curiosidad, existía una curiosa festividad en la que cada 18 de julio, los perros guardianes del Capitolio eran crucificados en castigo a su negligencia, al no haberles advertido de la llegada de los galos ante la atenta mirada de los gansos del templo de Juno verdaderos guardianes del monte capitolino (saqueo de roma 387 a.c)








Quizás estos animales no hayan sido para la historia romana muy buenos guardianes, pero si unos excelentes soldados. Su paso por el ejército dio muy buenos resultados tanto para ellos como para sus enemigos. La primera referencia viene dada por un relato del historiador bizantino Zonaras, en el que relata que durante el consulado de  Marco Pomponio Mato y su hermano M. P. Manio (231 a.c) hubo una revuelta en la isla de Cerdeña incitada probablemente por Cartago, en la que ante la imposibilidad de realizar una guerra abierta contra los Sardos que se ocultaban en las montañas, Mato uso partidas de perros para acabar con los guerrilleros que se ocultaban en cuevas. Si bien este uso viene más dado a la caza que al combate directo, pero, en eras posteriores, las legiones tubieron enfrentarse a tan temible enemigo. Se habla de que en el año 120 a.c un destacamento fue vencido por el Rey Bituito de los Arvernos usando únicamente perros de guerra del tipo moloso. Quizás esta derrota fue el toque de atención para llevar a los perros que combatían en las arenas de roma, a los campos de batalla, dando lugar al "Canis Pugnatis"



Carlanca moderna usada para proteger al perro de los ataques
 de lobos, muy similar al usado por los romanos
El equipamiento del Canis variaba como es lógico, según el enemigo al que se enfrentasen. Por tanto podrían ajustarle al lomo piras o tinajas con fuego, y lanzarlos contra el enemigo para causar la devastación en las primeras líneas (algo similar a los cerdos incendiarios que se usaban contra los elefantes púnicos) Otro método era equiparles con una coraza de cuero con cuchillas que producían cortes en las extremidades inferiores del enemigo. Este método era también era usado para rechazar una carga de caballería. Otro método algo más directo era adiéstralos para el combate cuerpo a cuerpo: se le ataviaba con placas de cuero en los laterales, un collar de púas o carlancas, he incluso de un casco y se les lanzaba al ataque.



El fiero luchador de las galias,
 ha llegado hasta nuestros días como el dogo español
Otro uso que hacían las legiones romanas del perro, era como correo, el método era macabro de por sí; Se le obligaba a ingerir un tubo de cobre o plomo grabado y para leerlo se debía abrir el vientre del animal y obtener el mensaje matando evidentemente al can en el proceso. Era cruel, sí, pero al menos no hay constancia de que se aplicase el mismo método con esclavos.

Debido a sus multiples aptitudes combativas y logísticas el moloso se ganó un hueco entre los estrategas romanos, siendo uno de sus mayores exponentes Cayo Julio Cesar que uso sus dotes combativas “cirquenses” para someter la Galia (58-51 a.c)


Relacionada con Julio Cesar existe otra teoría que yo personalmente no comparto pero que debe comentarse pese a las reticencias que tenga sobre ella: Dícese que cuando Julio Cesar realizó su primera expedición a Britania, encontró allí unos perros de gran tamaño, los mastines ingleses presumiblemente. Estos eran descendientes directos de los molosos llevados por los fenicios tiempo atrás. Cesar impresionado por la magnitud de tan colosal animal lo incorporo a sus campañas para dominar la Galia.


Bueno, esto ha sido todo por el momento, espero que les haya no le haya sido muy tedioso este viaje por la vida perruna de la antigüedad. Por mi parte seguiré investigando sobre el tema en cuestión, ya que existen ciertos escritos sobre el tema a los que aún no he podido echar el guante.